UN CUENTO DE HADAS por Gabriel Illescas
UN CUENTO DE HADAS por Gabriel Illescas
El CFG ha seleccionado la imagen que titulé «UN CUENTO DE HADAS» para la fotografía del mes y de la cuál le contaré mi motivación para llevar a cabo el proyecto.
Actualmente vivo en Cali, capital del departamento del Valle en Colombia. Un país con una riqueza natural e histórica, ha despertado en mí toda una serie de inquietudes por conocer, claro está, no se puede pretender cubrir todo de una sola vez y aún si así se deseara, se necesitaría muchos días para lograrlo. Mi enfoque para el efecto de realizar la toma fue visitar EL SANTUARIO DE LAS LAJAS en el departamento de Ipiales, Nariño, a solo 10 kilómetros de la frontera con el Ecuador. Me documenté sobre su historia, en la que extenderé más adelante y que literalmente me impresionó, tanto en la parte constructiva por la dificultad de la edificación en el sitio como principalmente los motivos de fe que motivaron a desarrollar el complejo en este sitio.
A partir de una imagen plasmada en piedra laja y por una autor anónimo da inicio lo que hoy es una de las maravillas arquitectónicas y símbolos de fe más representativas en este país y en el mundo.
Todo inicia con la planificación hacia el lugar que seleccioné para realizar el registro. El sitio en sí, al ser un destino de peregrinaje permanente y por lo tanto muy concurrido, debería de permitirme en la medida de lo posible el poder captar la esencia del mismo con la menor cantidad de personas agrupadas frente a los espacios que de hecho tenía seleccionados. Localmente es un país con muchos adagios y traigo a colación uno que me resulta simpático ahora recordarlo «al que no le gusta la sopa, le dan dos tazas» tal cual se dieron las cosas ya verán el porqué.
Desde donde vivo en la actualidad hasta ese lugar se deben de recorrer por la malla vial 478 kms. A esto se le deben de sumar las paradas obligadas para comer, peajes que son muchos hasta el lugar y de preferencia se toma un bus de noche para no sentir el trayecto en un alto porcentaje.
Por las facilidades de comunicación actual, lo obligado como mínimo era enterarme del estado del clima durante mi estadía, los hoteles próximos y lógicamente el mejor día para evitar la congestión de peregrinos en el sitio. Del clima les he de comentar que estupendo para mi gusto, muy frío, entre 5° y 10° para lo acostumbrado aquí en Cali. Lo que es habitual en estos casos, mantener las orejas calientes a cualquier costa y listo, guantes obligados, una gorra de lana, calzado todo terreno y una chaqueta para sentirse acompañado.
Para el efecto planifiqué salir un jueves para llegar hasta el lugar y luego de un viaje que resultó de 11 horas me encuentro al llegar que el hotel que se había reservado estaba listo, alrededor del mismo y en el centro de la ciudad había una gran plaza, muchos lugares para alimentarme, panaderías que son comederos obligados en este país y solo hacía falta algo, EL SANTUARIO, al preguntar, no se encontraba en la ciudad, por eso ya no era posible visitarlo a esa hora cuando llegué sino al día siguiente pues tiene hora de entrada y hora de salida, sin más, a dormir y planificar el otro día.
Para fines técnicos les describo que mi equipo traté que fuera lo más liviano y discreto que pudiera llevar, tanto por facilidades de transporte y peso del mismo como por razones de seguridad, no se puede andar por esos lugares mostrando más que lo estrictamente necesario, mi cámara, dos lentes y un trípode, casi todo metido dentro de una bolsa típica lugareña para no «dar papaya» como se dice aquí.
A primera hora de la mañana a desayunar y de inmediato a preguntar de que manera llegar a la «tierra prometida». Las personas muy amables me indicaron que a 7 cuadras podía tomar los vehículos que en colectivo me llevarían. Al llegar al sitio todo bien, el vehículo casi lleno, menos 1 pasajero listo para salir, después de 1/2 hora se completó y de nuevo a la carretera.
Con mucha expectativa llegamos al terminal de transporte pero mi interrogante era en ese momento «y el Santuario..?» aun nada, desde ese punto el resto sería a pie tanto de ida como de regreso como un verdadero peregrinaje. Bueno, muy motivado ya en el sitio pensé como es lo normal «esto es lo menos» realmente, en ese momento comenzaba lo bueno.
Al descender por las calles del lugar, era impresionante observar de lado a lado los cientos de puestos de comercio de productos artesanales y creativos otros, desde el inicio hasta el final de todo el recorrido.
El momento esperado, varios minutos de camino justificaron cuando a la vista posterior del Santuario pude observar la imponencia del espectáculo.
Por razones constructivas, este Santuario fue construido en varias etapas, el acceso principal no es por la parte frontal sino como originalmente se concibió cuando era apenas una choza de madera y paja que albergaba hasta la obra del pintor anónimo sobre la piedra laja. Todo el complejo fue planificado y construido en sus diferentes etapas con bases de este material, ladrillos y cal.
El edificio principal mide 27.50 m x 15 m de profundidad x 17 m de ancho, el puente mide 50 m de altura x 17 de ancho y 20 largo. Al considerar que todo estaba resuelto para los detalles con dos lentes, un 17-40 y un 24-105 desde casi cualquier lugar pero no me sentí cómodo con los resultados ya en el sitio pues en ese momento no estaba solo sino por el contrario hubo muchas personas que por mi objetivo principal, «La Arquitectura y Larga Exposición» no encajaban en mi planificación, realice varias tomas con y sin personas, de interiores, de alrededor y aún no me sentía realmente convencido del resultado y sobre todo que era un día muy nublado sin posibilidad de despejarse.
El complejo cuenta con muchos espacios ya adecuados para visitarse tanto a nivel interno como externo varios caminos peatonales alrededor dentro de la flora, de lado a lado. Un detalle que me llamó la atención fue la cascada que se muestra en la imagen, esta desemboca en el río a 600 m del puente del santuario, otro detalle es que la misa que se celebra desde que inicia el día hasta las 5:30 para cerrar el sitio a las 6:00 pm.
Al caminar de lado a la cascada realicé varias tomas pero no me convencía lo que se resultaba, no eran malas pero no había el contraste que buscaba, santuario gris con nubes grises no me convencía, entonces a buscar del otro lado, a todo esto el tiempo pasaba, no había lugar alguno para comer y como al bajar por la mañana miré muchos puestos de comida y sobre todo de artesanías, decidí que de regreso me ocuparía de ello.
Al llegar al otro lado desde donde finalmente realicé el disparo que relato y al darme la vuelta, lo primero que vino a mi mente fue el título de la propuesta «UN CUENTO DE HADAS» sin lugar a duda ese sitio para mí representa uno de los lugares más hermosos en conjunto en donde haya podido estar, sobre todo que sin percatarme de lo que sucedía arriba no lo había visto iluminado, eso me causó una impresión fotográfica que siempre recordaré.
Ahora a buscar el mejor sitio, el camino me llevó hasta una posición en donde pretendía encuadrar la cascada bajo la sección más próxima al templo en horizontal pero me perdía del flujo del agua de la cascada misma y decidí encuadrar en vertical, reduje la fauna lateral pero gané las piedras del río, con el 17-40L USM y con un tiempo de exposición de 13 s y sobre todo con un ISO 50 todo en modo manual realicé el disparo luego de más de una prueba, enfoqué las luces altas que pegaban a un costado del templo y sin darme cuenta, estaba disparando con la luz de las 18:44.
Eso no fue lo único que no me di cuenta, me había olvidado que todo se cerraba a las 18:00, tenía que caminar con el equipo para arriba en las veredas, caminar hasta el puente que cuando llegué lo estaban apagando y subir hasta llegar al terminal de transporte que me llevaría a la ciudad.
Casi sin aire cuando finalmente estaba sobre el puente, un comedido oriundo de la ciudad me ofreció ayuda para subir el trípode, como era de esperar no había ninguno de los muchos puestos de abastecimiento abierto, ni para comida y menos para adquirir algún recuerdo. Llegando al terminal, esperé hasta las 8:00 pm para tomar un transporte y volver a la ciudad. Al día siguiente el regreso a casa en donde finalmente pude ver luego del proceso en CS6 lo que había registrado.
Gracias al CFG por el galardón mensual y gracias a los miembros por apoyar mis propuestas en la distancia, un abrazo para todos.
por Gabriel Illescas – http://gabrielr.jimdo.com/
Nota de la Junta Directiva CFG 2013: Gabriel Illescas es socio activo del Club Fotográfico de Guatemala y como bien nos cuenta en su artículo, Gabriel vive y reside en Cali, Colombia. El Club Fotográfico de Guatemala se siente muy honrado y reconoce el esfuerzo que Gabriel realiza al participar mensualmente en nuestros concursos. Vale la pena mencionar para todos aquellos que no lo sepan, en los concursos se participa con fotografías impresas y montadas en cartón ilustración. Gabriel sortea mes a mes las dificultades que le presenta la distancia y demuestra mucho cariño hacia el club participando y concursando mensualmente. Muchas gracias Gabriel por este importante esfuerzo.
Jueces del concurso de Julio comentando la foto del mes (foto por Roberto Guerra)